En 2019 Santander introdujo un nuevo concepto de bonus vinculado a la digitalización del grupo. Ofreció por primera vez hasta 30 millones de euros a 250 empleados para que impulsasen la transformación digital de Santander. De ellos, y según recoge el informe anual, el banco aprobó el 83%, unos 24,9 millones de euros, entregables en acciones y opciones sobre acciones por partes iguales. Tres altos directivos han sido los principales beneficiados con 2,1 millones de euros.

Para el presente ejercicio el grupo propondrá en la junta de accionistas, que se celebrará el próximo 3 de abril, el reparto de hasta otros 30 millones de euros en concepto de bonus digital, incluidos algunos para los empleados de Openbank y para los de la plataforma SuperDigital, según consta en la documentación de la convocatoria de la junta de accionistas.

Esta vez, el bonus se liga a siete iniciativas digitales concretas. Una, la implantación comercial de la plataforma global de servicios a comerciantes (global merchant services) en tres nuevas geografías, con mejora de su funcionalidad y cumplimiento de objetivos de volúmenes. Dos, implantación comercial de la plataforma global de servicios de comercio (global trade services (GTS) en ocho nuevas geografías, con mejora de la funcionalidad de la plataforma (pagos internacionales, tesorería, soluciones de comercio y capital circulante y promoción del comercio) y, a la vez, cumplimiento de los objetivos de nuevos clientes a cierre de ejercicio y los objetivos mensuales de usuarios activos. Tres lanzamiento de OpenBank en un nuevo mercado. Cuatro, lanzamiento de la plataforma global de pagos Superdigital en al menos cuatro países, impulsando el objetivo de crecimiento del número de usuarios activos. Cinco, implantación de sistemas de aprendizaje automático (machine learning). Seis, implantación de nuevas iniciativas relacionadoas con las aplicaciones. Y siete, lanzamiento de la plataforma global PagoFX en al menos cuatro países.

En este documento también se incluye la petición de autorización para ampliar a 1.052 (desde los 1.002 actuales) el número de potenciales beneficiarios de un bonus de hasta el 200% del salario fijo, lo que supone un importe máximo de cerca de 400 millones.

El banco también pedirá en la junta que se renueva la autorización para conceder hasta 40 millones de euros en acciones a retribución de nuevos fichajes, la misma cifra aprobada el año pasado. Esta iniciativa, denominada buy outs, es un instrumento de utilización selectiva para la contratación de directivos o empleados que, como consecuencia de aceptar la oferta de contratación del banco (o de otras sociedades del Grupo Santander), pierdan el derecho a percibir determinadas retribuciones variables de su empresa de origen. Por lo tanto, esta normativa, que tiene en cuenta la regulación y recomendaciones aplicables a Santander, permite mantener cierta flexibilidad para poder captar “al mejor talento y ser equitativos con respecto a la pérdida de derechos que asume un directivo o empleado por su incorporación al grupo, dado que las condiciones del buy out toman en consideración las condiciones que resultaban aplicables a las retribuciones cuya pérdida se compensa”, explica el grupo.

El fichaje frustrado de Andrea Orcel para ocupar el puesto de consejero delegado ya contemplaba la compensación de una parte del bonus que dejaba de ingresar en su antiguo banco, UBS, en acciones de Santander, pero el banquero nunca consideró suficiente la compensación, una de las razones por las que el grupo que preside Ana Botín decidiera finalmente romper el acuerdo para su fichaje precisamente por las elevadas exigencias de Orcel, según ha explicado el banco en numerosas ocasiones.