¿Puede el coronavirus circular suspendido en el aire y contagiar de esta manera? Esta importante cuestión intriga a los científicos y preocupa a la población, sin que por ahora se haya establecido un consenso al respecto.
Si se confirmara esta hipótesis, esto cambiaría por completo la forma en que deberíamos protegernos del coronavirus y se recomendaría por ejemplo el porte de mascarillas incluso entre quienes no están enfermos. Pero por ahora no es el caso.
En lo que sí están de acuerdo los expertos hasta el momento es en el hecho de que el coronavirus se transmite esencialmente por vía respiratoria y contacto físico.
La primera se da mediante las gotitas de saliva expulsadas por el enfermo, por ejemplo cuando tose. Por eso las autoridades sanitarias recomiendan mantener una distancia interpersonal de al menos un metro.
Pero en un estudio publicado el martes por la prestigiosa revista médica estadounidense NEJM, un grupo de investigadores mostró que el coronavirus podía sobrevivir durante tres horas bajo forma de partículas suspendidas en el aire, lo que se denomina aerosol. Para probarlo, proyectaron el virus en el aire con una especie de vaporizador.
«Nuestros resultados indican que la transmisión del SARS-CoV-2 por aerosol es verosímil», concluyeron los autores del estudio.
Pero esto no significa que el coronavirus contagie quedándose suspendido en el aire después de que un enfermo haya tosido.
Y es que las condiciones del experimento no corresponden a lo que sucede en la vida real, según otros investigadores.
Cuando un enfermo tose o estornuda, «las gotitas caen al suelo más rápidamente que un aerosol», puesto que son más grandes y más pesadas que las que componen una nube vaporizada, subraya el profesor Paul Hunter, de la Universidad británica de East Anglia.
– Dentistas y hospital –
«Los aerosoles no constituyen un modelo especialmente válido de transmisión», estima, añadiendo que el nuevo estudio «no cambia nuestro punto de vista sobre los riesgos del COVID-19».
«El riesgo existe sobre todo cuando estamos a menos de un metro de un contagiado o tocamos superficies en las que cayeron las gotitas», prosigue.
Cuando tocamos superficies contaminadas, el riesgo es llevarse las manos a la cara y contaminarse mediante la boca, la nariz y los ojos.
El estudio publicado por el NEJM muestra que el nuevo coronavirus es detectable hasta dos o tres días sobre superficies de plástico y acero inoxidable, y hasta durante 24 horas sobre cartón. Pero el contagio depende de la «cantidad de virus presente», subrayan los investigadores.
«El consejo sigue siendo no acercarse demasiado a los casos posibles y lavarse con frecuencia las manos», según Hunter.
Pero a la vez tampoco se puede concluir por ahora que una transmisión del virus por vía aérea sea imposible.
«No podemos descartar totalmente la idea de que el virus sea capaz de recorrer una cierta distancia en el aire», declaró Anthony Faucy, un epidemiólogo mundialmente respetado, en la cadena estadounidense NBC.
Al margen de la población general, los riesgos de transmisión por aerosol pueden darse en categorías específicas, como los dentistas, quienes, por ejemplo, pueden pulverizar agua en la boca del paciente durante algunas intervenciones.
Las conclusiones del estudio del NEJM «son sobre todo interesantes para el personal médico que efectúa determinadas intervenciones sobre los enfermos del COVID-19 en los hospitales y confirman la necesidad de protegerse adecuadamente», afirmó el virólogo Etienne Simon-Loriere, del Instituto Pasteur de Francia, al diario Le Figaro.
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