Mientras el mundo sigue trabajando en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, los países empiezan a tomar sus propias medidas para hacer frente al avance de la epidemia. Tal es el caso de Suecia, que en las últimas horas decidió cambiar el enfoque que estaba tomando para realizar las pruebas de COVID-19.

En los primeros días y semanas del virus, las autoridades suecas realizaban pruebas a cualquier persona que informara síntomas después de haber viajado a zonas de alto riesgo en el extranjero, o después de haber estado en contacto con pacientes confirmados con coronavirus. Incluso se aislaba a todo aquel que hubiera estado en contacto con esas personas en los días recientes, y se les practicaba el test.

La Agencia de Salud Pública indicó que en estos casos, generalmente solo los contactos más cercanos, como miembros de la familia o colegas cercanos, también daban positivo. No así, siempre en líneas generales, aquellos que habían estado en el mismo vuelo o tren.

No obstante, esa estrategia cambio. En estos momentos las autoridades han dejado de realizar las pruebas en todos los casos, y desviar su atención hacia los grupos más vulnerables. Es decir, personas de edad avanzada, otras con problemas respiratorios o con ciertas afecciones.

“La estrategia anterior de detectar todos los casos de enfermedad, al evaluar a las personas que presentan síntomas después de viajar a ciertas áreas en el extranjero, ya no es la más efectiva (…). Esto significa que todas las personas enfermas con síntomas de resfriado o gripe deberían estar en casa para no correr el riesgo de contagiar a otros”, explicó la Agencia de Salud Pública.

Por lo tanto, cualquier persona que no se encuentre en el grupo de riesgo, pero que tenga síntomas de coronavirus (como tos o fiebre), debe permanecer en su casa y limitar el contacto social hasta que quede libre de síntomas durante al menos dos días.

La decisión de las autoridades suecas de cambiar el enfoque de cómo intentar detener la propagación del virus se dio luego de que se registraron los primeros casos de infección comunitaria. Es decir, aquellos que no pudieron vincularse con viajes al extranjero o casos confirmados previamente.

La Agencia de Salud Pública remarcó que la decisión responde a una necesidad de priorizar mejor los recursos, y así centrarse en los pacientes más gravemente enfermos o en riesgo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en cambio, instó esta semana a los países a “analizar, analizar, analizar” el coronavirus, en todos los casos posibles. “Prueben todos los casos sospechosos. Si dan positivo, aíslelos y descubra con quién han estado en contacto dos días antes de que desarrollaran síntomas y pruebe también a esas personas”, indicó el director del organismo, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Karin Tegmark Wisell, de la Agencia de Salud Pública sueca, explicó que la advertencia de la OMS se trata de un consejo a nivel mundial para los países que se encuentran en las primeras etapas del virus. Suecia, según apuntó, ya superó el punto en el que podía evaluar caso por caso.

“Tenemos que trabajar más rápido que eso (…). Vamos un paso más allá. Instamos a todos los que tienen síntomas a practicar el distanciamiento social. No tenemos tiempo para esperar los resultados de una prueba”, aseveró.

Ante este contexto, la autoridad de control de enfermedades de la Unión Europea (UE) pidió a los estados miembros que ahorren sus recursos ante la alta demanda mundial de pruebas.

Pese a este cambio de enfoque, en Suecia también se realizan tests a las personas que trabajan en atención médica o de ancianos y que están enfermas con fiebre o síntomas respiratorios.

Aunque la Agencia de Salud Pública proporciona pautas nacionales, es el médico de enfermedades infecciosas en cada región quien elabora el protocolo de pruebas de esa zona.

Uno de los principales cuestionamientos a esta medida adoptada por las autoridades suecas indica que con este cambio de enfoque se podría desvirtuar el conocimiento real del impacto del coronavirus en el país.

Por ese motivo, las autoridades sanitarias introdujeron las llamadas pruebas centinela para que aún puedan obtener datos generales sobre la propagación del virus. Este es un sistema que ya se utiliza para rastrear la gripe estacional, de modo que las autoridades puedan comprender qué tan grave es el brote de gripe cada año y cómo se propaga.

Por lo tanto, varias clínicas y laboratorios toman pruebas de pacientes con síntomas consistentes con influenza, elegidos al azar, y las autoridades analizan estas muestras y las analizan para detectar la gripe, para tener una idea de la proporción de personas con síntomas que tienen gripe. Los resultados ayudan a las autoridades sanitarias a tener una mejor idea de la propagación de la gripe.

La OMS aconsejó a los países adoptar sus sistemas centinela para que también hagan un seguimiento de la propagación de COVID-19, y Suecia lo ha hecho.

Este viernes el país registra más de 3.000 casos de contagios y 92 muertos.