Médicos y COVID-19: a la guerra sin fusil – Excélsior

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    27 de Marzo de 2020

     

    Tres médicos del IMSS son los primeros trabajadores de la salud infectados por coronavirus en México.

    Se trata de un doctor del Hospital General de Zona número 7, de Monclova, Coahuila; otro de la Unidad de Medicina Familiar número 57, de Zacatecas, y uno más, del Hospital General Regional número 1, de Querétaro.

    El personal de salud es uno de los grupos más vulnerables en el contexto de esta pandemia. En España, una décima parte de los médicos y enfermeros se han infectado con el virus, dijo esta semana Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud.

    De acuerdo con el medio especializado Redacción Médica, hay unos 5 mil 400 casos de contagio entre el personal de salud en España.

    El problema se ha observado también en China, país de origen de la pandemia, donde al menos 13 médicos han fallecido, entre ellos Li Wenliang, el oftalmólogo de Wuhan que es considerado el primero en advertir al público sobre la epidemia por coronavirus.

    En Italia, 2 mil 629 trabajadores de la salud han sido puestos fuera de combate luego de contraer el COVID-19, de acuerdo con un informe del Gruppo Italiano per la Medicina Basata sulle Evidenze, publicado la semana pasada.

    “El personal en la primera línea debiera ser el primero en estar protegido”, reclamó Nino Cartabelotta, director de la organización.

    En muchas partes del mundo, muchas de las personas que atienden a los pacientes de coronavirus trabajan sin el equipo adecuado.

    En México, donde el problema ya comienza a ser evidente, personal de hospitales públicos se ha manifestado en las calles para demandar que se les entreguen insumos para laborar con seguridad.

    Según han denunciado, en muchos de ellos se carece de lo más elemental.

    Integrantes de la Asociación Mexicana de Enfermeras Especializadas en Medicina Interna y Terapia Intensiva lanzaron un SOS en redes sociales para solicitar que la comunidad mexicana les done envases de plástico de tres litros y acetato a fin de fabricar caretas para poder protegerse.

    Pidieron que se los materiales se entreguen en el Hospital General de Tacuba del ISSSTE.

    Médicos del Hospital General Dr. Darío Fernández Fierro del ISSSTE, en la alcaldía Benito Juárez, dijeron a Excélsior: “Hablamos con ellos (sus superiores) y nos dijeron que para nosotros no aplicaría el decreto de la Función Pública que permite a los servidores públicos mayores de 60 años, mujeres embarazadas y con enfermedades crónicas trabajar desde sus casas, y nos explicaron que si aplicaban esas medidas para todo el que padece diabetes e hipertensión, el personal escasearía, pues un gran número de médicos y enfermeras está en esa condición”.

    Una doctora de la Unidad de Medicina Familiar Número 20 del IMSS, en la alcaldía Gustavo A. Madero, abundó: “A mí no me quieren dar licencia o adelanto de vacaciones, argumentado que somos el frente de batalla en estos momentos. Y es cierto, pero no podemos estar en el frente si no contamos con los insumos necesarios. Algunas compañeras, incluso ya compraron cosas para protegerse, pues no tenemos cubrebocas ni batas y faltan protocolos de seguridad en la entrada de la clínica. El personal médico sigue viniendo, incluso si son diabéticos e hipertensos, y estamos muy expuestos”.

    No podemos esperar que nuestros médicos y enfermeros participen en esta batalla sin los medios de protección adecuados.

    Si en verdad hay 400 mil millones de pesos “en caja, en la secretaría de Hacienda”, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿qué espera el gobierno para desembolsar el dinero y dotar al personal de salud de lo que requiere para atender a los enfermos y salvar vidas?

     

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