El coronavirus ha derrumbado la demanda de vuelos en Europa, haciendo que centenas de vuelos queden totalmente vacíos, pero las aerolíneas aún así están haciendo que los aviones vayan de una ciudad a otra. Lo llaman «vuelos fantasma» y tiene explicación, aunque es un golpe ecológico importante.

La regulación europea determinó un sistema para que las aerolíneas tengan acceso a los aeropuertos principales, basado en la «transparencia, neutralidad y no discriminación».

Este sistema determina que si una aerolínea usa menos del 80% de los espacios asignados en un aeropuerto en particular, podría perderlos y cederlos a un competidor. Las decisiones se toman por parte de autoridades, todos los años, analizando datos.

En definitiva: los operadores de vuelos deben de demostrar, con vuelos, que tienen la demanda suficiente, para justificar el uso continuado de los espacios asignados para despegar y aterrizar en los aeropuertos de las ciudades a las que quieren viajar.

En escenarios normales, de un continente europeo que tiene un flujo turístico inmenso y una cantidad importante de aerolíneas volando a lo largo de todo el territorio, la regulación es sensata, pero en casos de emergencia como el que estamos viviendo y con destinos populares siendo focos de infección, la situación cambia. Aún así, las aerolíneas se ven «obligadas» a volar.

De hecho el Secretario de Transporte del Reino Unido ha pedido una moratoria a estas reglas para detener los vuelos fantasma y reducir al máximo el impacto medioambiental de mover aviones vacíos, solo para garantizar el uso de espacios en aeropuertos con mucho tráfico.

El mover aviones vacíos también tiene un impacto económico importante para las aerolíneas que solo agrega a los cálculos totales de las inmensas pérdidas debido al coronavirus en la industria: 113 mil millones de dólares según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.

De hecho el CEO de Southwest Airlines, Gary Kelly, dijo en una entrevista a CNBC que el impacto económico del coronavirus se parece a lo que sucedió después del 11 de septiembre de 2001, cuando la gente simplemente no quería viajar por miedos. En aquella época por ataques terroristas, hoy por miedo al contagio.

Los reguladores europeos responden a los vuelos fantasma

Afortunadamente la Unión Europea ha respondido a los vuelos fantasma y anunciaron que suspenderán la regulación que los obliga a que los aviones hagan las rutas, independientemente de si hay pasajeros o no, para no perder los espacios asignados.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, lo explicó en un comunicado:

«El coronavirus está teniendo un impacto importante en la aviación europea e internacional, vemos que la situación va cada vez en mayor deterioro y que se espera que sea aún peor en las próximos días. Es por eso que la comisión está trabajando lo más rápido posible en una modificación a la regulación […] Queremos simplificar la situación a las aerolíneas para que mantengan sus espacios aunque dejen de operar vuelos a algunos aeropuertos».

Pero no se ha ofrecido aún fechas exactas y determinantes para las aerolíneas por parte de la Comisión Europea. Un eurodiputado del Partido Verde lamentó que no se hayan usado los poderes para decisiones de emergencia y se espere a que el Parlamento haga votaciones nuevamente.

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