La confirmación del primer afectado por el coronavirus en México ha acelerado este viernes las caídas en todas las plazas del país. Las bolsas y el mercado cambiario acumulan ya, desde el lunes, toda una semana en rojo. Al quinto día, la amenaza se ha materializado con el anuncio del Gobierno del primer caso de Covid-19 en Ciudad de México y un posible segundo afectado en Culiacán. Y los inversores han respondido apretando con fuerza el botón de vender: el principal índice bursátil BMV comenzó perdiendo intradía más de un 3%, para corregir el derrape durante la sesión hasta dejarlo en poco más de un 1% al cierre. La caída semanal, en todo caso, supera el 4%. Mientras tanto, el peso se deprecia con la moneda estadounidense otro 2% y alcanza mínimos de septiembre de 2019, al borde de las 20 unidades por dólar.
Tras cruzar a Brasil el miércoles, el virus llega a México en un momento particularmente delicado para su economía. Durante la semana se confirmó el estancamiento del PIB durante el año pasado (-0,1%), acumulando tres trimestres consecutivos en negativo, algo inédito en el país. Sectores clave como la construcción, minería o la industria manufacturera se desplomaron durante el año. El círculo se estrechó aun más este jueves con la publicación de los resultados de Pemex. La petrolera estatal mexicana no levanta cabeza: las pérdidas del año pasado fueron de 18.000 millones de dólares, un 92% más que el año anterior.
“El efecto que estamos viendo en los mercados no solo es por el coronavirus. Existe también una creciente percepción de riesgo de la economía mexicana. Los datos de Pemex son muy desfavorables y elevan la probabilidad de recorte de su calificación crediticia al nivel de especulativo. Esto presionaría, a su vez, a un posible recorte de la calificaron soberana de Mexico”, sostiene Gabriela Siller, responsable de análisis de mercados de Banco Base.
En junio, la agencia Fitch fue la primera en rebajar la nota de Pemex por debajo del grado de inversión. Las otras dos firmas que dictan el compás del mercado -S&P y Moodys- tienen el dedo también cerca del gatillo y la preocupación por repercusiones a la nota de la deuda mexicana es ya tema de conversación incluso en las reuniones del Banco de México.
El mercado de materias primas tampoco ha sido ajeno a la ola de pánico global por la infección del coronavirus. Su impacto en la demanda de petróleo contrarrestó los recortes de producción de la OPEP. La caída en los mercados se aceleró tras el anuncio por parte de las autoridades estadounidenses de que su llegada era inminente. Por primera vez en 10 años, la Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé una contracción de la demanda de petróleo en el primer trimestre.
En épocas de turbulencias, el dinero corre a refugiarse en puertos seguros. Tanto el oro como los bonos del Tesoro estadounidenses son los grandes beneficiados. Mientras Wall Street se enfila para cerrar sus peor semana desde la crisis financiera, el bono diez años alcanzó el jueves mínimos históricos, en el 1,25%, lo que puede indicar, según los expertos, que la Reserva Federal (Fed) recortará los tipos de interés próximamente. Esta previsión también provocó que el euro superase ayer el nivel de los 1,10 dólares. El peso mexicano, sin embargo, acumula una depreciación de 4.77% o 90 centavos, colocándose como la divisa mas golpeada en la canasta de principales cruces.
Los efectos del pánico a nivel global aun no pueden calibrarse con certeza. Pero el hecho de que el foco de la epidemia sea la locomotora China amenaza con enfriar severamente el crecimiento del PIB mundial y afectaría el flujo normal del comercio internacional. “EE UU puede imponer medidas sanitarias espaciales, lo que entorpecería el comercio en la frontera mexicana y haría bajar las exportaciones”, señala Siller. EE UU es el principal destino -más de tres cuartas partes- de las exportaciones mexicanas y una de las principales palancas económicas del país.