Cuando hablamos de bicicleta acuática nos imaginamos una estructura con pedales situada sobre dos flotadores o bases modulares que le dan estabilidad y evitan que se hunda.
Pues bien, este tipo de estructuras han pasado a la historia con la llegada del nuevo modelo lanzado por la compañía neozelandesa Manta5. Se trata de un diseño concebido en 2013, que se asemeja a un híbrido entre una bicicleta y una moto de agua, pero que ha ido evolucionado hasta el día de hoy.
Los materiales empleados para su construcción son la fibra de carbono y el aluminio, convirtiéndolo en un prototipo muy ligero y muy fácil de manejar. Además dispone de una batería eléctrica con una autonomía de una hora.
El Hydrofoiler aprovecha lo mejor de la ingeniería aeronáutica. Así, incorpora tres aerodeslizadores que proporcionan estabilidad y evitan que el aparato se hunda. Se trata de unos apéndices muy ligeros que actúan como las alas de un avión, tal y como explica un el confidencial en un artículo.
Los pedales son los que otorgan la fuerza a la bicicleta y la carga eléctrica suficiente para impulsarse sobre el mar a velocidades que rondan los 20 kilómetros por hora. Y para frenar basta simplemente con invertir el sentido del pedaleo.
Para adquirir una de estas bicicletas acuáticas hay que desembolsar unos 6.500 euros a través de la página web de la compañía neozelandesa encargada de su desarrollo.
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