Las baterías del ambicioso SUV deportivo, en las que planea enfocarse el empresario, aseguran una autonomía de casi 1.000 kilómetros con una sola carga.

James Dyson, multimillonario británico dueño de la empresa fabricante de aspiradoras Dyson, dio a conocer recientemente y por primera vez fotografías y otros detalles de un coche eléctrico que su compañía estuvo desarrollando y que, a juzgar por sus prestaciones, podría haberse convertido en un duro rival de Tesla.

El ambicioso proyecto de este inventor e ingeniero era conocido como N526. Se trata de un SUV deportivo de siete plazas que prometía una autonomía de casi 1.000 kilómetros (600 millas) con una sola carga, gracias a unas baterías de estado sólido patentadas por la compañía, detalló Dyson en una entrevista al diario The Times.

Si tal rendimiento fuese factible, el N526 podría destacarse muy por encima de autos eléctricos líderes del mercado, como el Model S, con 600 kilómetros de carga, y el Model X, que ofrece cerca de 500 kilómetros, destaca el portal Gizmodo

Además de hablar de sus características, el empresario mostró por primera vez el prototipo de su idea: un vehículo de cinco metros de largo, dos metros de ancho y 1,7 metros de alto, con 2,6 toneladas de peso, carrocería en aluminio y neumáticos de funcionamiento silencioso.

En su interior, además de sus acabados finos y de aspecto futurista, destaca el concepto del tablero de mando e instrumentos que, según Dyson, es un panel flotante —como un holograma— que se ubica frente a los ojos del conductor «para que nunca tengas que apartar la vista de la carretera».

«Era demasiado arriesgado»

Pese a lo prometedor que suena este carro eléctrico, sus elevados costes de producción llevaron al magnate a no seguir adelante y cancelar el proyecto el año pasado. «Los coches eléctricos son muy caros de hacer. La batería, la gestión de la batería, la electrónica y la refrigeración son mucho más caras que un motor de combustión interna», explicó Dyson, quien llegó a invertir en este invento más de 600 millones de dólares de su propio bolsillo.

Cada uno de sus vehículos tendría que haber salido al mercado por no menos 150.000 libras (unos 183.000 dólares) para ser rentable. Finalmente, el empresario consideró que era un precio extremadamente alto en comparación con otros modelos eléctricos de las grandes automotrices, que pueden compensar costos con la venta de carros de gasolina y diésel. «No tengo una flota. Tengo que obtener un beneficio en cada coche o pondría en peligro a toda la empresa. Al final era demasiado arriesgado», argumentó uno de los hombres más ricos del Reino Unido.

Dyson confesó sentir «enorme tristeza y decepción» por no lograr materializar la producción del N526, y aseguró que la vida de los emprendedores como él es de «riesgos y de fracasos». «Intentamos cosas y fallan. La vida no es fácil», dijo.

A pesar del fallido intento, no descarta la posibilidad de incursionar en el mercado automotriz, pero esta vez ofreciendo sus baterías de larga duración para modelos eléctricos de otros fabricantes. Las suyas resultan ser más eficientes energéticamente que las de iones de litio y también mucho más pequeñas y ligeras. Además, generan mucho menos calor, por lo que no requieren complejos y costosos sistemas de refrigeración, y son más fáciles de reciclar.

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