Aparte de los moluscos, el sistema de monitoreo del agua de la capital polaca incluye el uso de peces y de dispositivos electrónicos.

El factor crucial para cualquier sistema de abastecimiento de agua es su pureza. Normalmente, para detectar la contaminación se utilizan sensores artificiales. No obstante, en Varsovia el problema se resuelve de otra manera: la calidad del agua es controlada por moluscos.

Según recoge el portal Bored Panda y muestra la película documental ‘Fat Kathy’, la capital polaca usa ocho almejas sumergidas en el agua que la ciudad extrae del río Vístula y el lago Zegrzyński.

Esos moluscos fluviales filtrantes son muy sensibles a la pureza del agua. Si sienten que el nivel de toxinas se eleva, se cierran y activan interruptores pegados a sus conchas. Cuando esto ocurre, se activa automáticamente una alarma para evitar que el agua sucia llegue al sistema.

La empresa municipal de aguas y alcantarillado de Varsovia explica en un comunicado que las almejas son capturadas en su hábitat natural y pasan al menos 14 días aclimatándose en laboratorio. Allí, los expertos miden las aperturas normales de sus conchas, lo que permite posteriormente evaluar de manera correcta su comportamiento.

Cientos de miles de mejillones se 'cuecen' hasta la muerte en una playa de Nueva Zelanda (VIDEO)

Los moluscos no son el único elemento de biomonitoreo de la calidad del agua empleado por Varsovia. Paralelamente a ellos se utilizan varias especies de peces locales, que se colocan en acuarios de flujo constante, señala el comunicado del servicio municipal, agregando que disponen de un tercer sistema de seguridad constituido por dispositivos electrónicos.

«En total, analizamos más de setenta indicadores, gracias a los cuales sabemos que el agua del grifo de Varsovia cumple con los estrictos estándares europeos», asegura la empresa.

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!