Los increíbles hallazgos en graneros que hemos ido rescatando durante los últimos años nos dejan claro que en muchos lugares inhóspitos del planeta descansan algunos automóviles sumamente valiosos que, por algún motivo desconocido, alguien decidió abandonar. Sin embargo, podemos asegurar que no solo se producen interesantes descubrimientos sobre tierra firme, sino también en el medio acuático.
Un hallazgo sorprendente
El mejor ejemplo nos llega desde el canal de YouTube Adventures with Purpose. Gracias a su último vídeo podemos contemplar las grandes sorpresas que nos puede deparar la madre naturaleza, en concreto el río Tualatin en Oregón, Estados Unidos. Allí se dirigió un equipo de buzos para tratar de encontrar un camión abandonado, que fue arrojado al agua hace nada menos que 20 años, pero el asombro llegó cuando al investigar más profundamente descubrieron seis coches sumergidos.
Tras varias horas de búsqueda, el equipo se topó con un Mazda RX-7 rojo de primera generación, cuyos daños aparentes dificultan, y mucho, su restauración. El deportivo japonés estaba al revés y el techo seriamente deteriorado, pero finalmente consiguieron sacarlo de las aguas fangosas del río. No sabemos si en las manos adecuadas y con las herramientas necesarias el modelo nipón podrá volver a la vida, o si por el contrario se convertirá en un montón de chatarra.
No estaba solo
Pero claro, ese no era el único automóvil que descansaba bajo el agua ya que otros seis acompañaban al RX-7, de los cuales el más destacado era un Ford Mustang Mach 1 de 1973. Lamentablemente, en el vídeo solo se detalla el rescate del deportivo asiático, por lo que no podemos saber a ciencia cierta cuál es el estado del muscle car y del resto de modelos. Otro de ellos era una pick-up Chevrolet Luv, mientras que los demás no pudieron ser reconocidos con precisión debido a las condiciones de visibilidad.
Recordemos que el Mazda RX-7 de primera generación se fabricó desde 1978 hasta 1985 y su versión más prestacional contaba con un motor rotativo de 1.1 litros que desarrollaba 165 caballos de potencia y un par máximo de 225 Nm. El Mustang Mach 1, por su parte, se comercializaba con tres propulsores V8 diferentes, siendo el de 5.8 litros y cuatro carburadores el más potente de todos. Este ofrecía 270 CV y 408 Nm de par máximo. Desconocemos cuál de ellos descansaba en el vano motor de nuestro protagonista y también cómo pudo acabar abandonado en el fondo del río al igual que su ilustre acompañante nipón. ¡Qué cada uno de rienda suelta a su imaginación…!