Cupra Ateca, prueba de manejo en México – El Universal

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    Desde su aparición en el Atlas automotriz, asociamos la palabra Cupra con ideas de desempeño, dinamismo y estilización diferenciadas de los productos SEAT

    Sin embargo, en su reciente aventura como marca independiente, el cambio ha sido aún más grande, gracias a una nueva identidad gráfica, nuevos emblemas, nuevos productos y, sobre todo, un tipo de vehículo diferente a lo que conocíamos.

    Dentro de un par de años, la palabra Cupra dejará de estar plasmada en los hatchback de de SEAT (Ibiza y León) para siempre y solo estará presente en SUVs como Ateca, Formentor y Tavascan. 

    Esto obedece a las intenciones de captar algo del creciente mercado de las SUVs a nivel global a través de un diferenciador: un desempeño destacado para su segmento. 

    La primera de estas SUVs es la nueva Cupra Ateca, un modelo que utiliza plataforma y diseño del modelo que vende SEAT desde 2017, pero con un interesante giro en estilización y desempeño.

    La similitud entre la Ateca de SEAT y la de Cupra es innegable en los aspectos generales. Sin embargo, si prestamos un poco de atención, podemos darnos cuenta que se trata de productos completamente distintos. 

    En el apartado estético destaca la presencia del nuevo emblema en el centro de una parrilla de panal que prolonga este mismo patrón de diseño hacia las entradas de aire inferiores. 

    Por debajo de ellas, es posible encontrar la palabra CUPRA como remate a un aspecto brusco y completamente diferente a lo presente en el mercado actual. 

    En el cuerpo exterior de la Cupra Ateca es posible encontrar distintos acentos en color cobre que, en conjunto con un par de escapes de doble salida, hacen una coherente comunicación de la nueva identidad de la marca y, además, la diferencian del modelo que vende SEAT


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    En el interior, el aspecto contra la Ateca de SEAT no es muy distinto, sin embargo, la selección de materiales que componen a la interpretación de Cupra le brinda un nivel superior en calidad e identidad. 

    El volante está cubierto de piel microperforada cuyas costuras son de un grueso hilo de color cobre. En el centro del mismo, el emblema de Cupra está sobrepuesto sobre una superficie que asemeja a la de la fibra de carbono para darle un aspecto único. 

    Asientos y otras áreas, como la palanca de velocidades también están cubiertos en piel e intercalan las costuras en color plata para hacer una agradable armonía en los detalles del interior de la Cupra Ateca. 

    En los apartados de conectividad y tecnología del interior cumple de buena manera, gracias a la integración de cargador inalámbrico para celulares en uno de los compartimentos y tiene la posibilidad de conectar smartphones al sistema de infoentretenimiento a través de las interfaces Apple CarPlay o Android Auto. 

    Además, el sistema de audio está firmado por Beats para complementar la experiencia de un entorno acorde al aspecto juvenil de la Cupra Ateca.

    En pocas palabras, la Cupra Ateca es fácilmente relacionable con la propuesta de SEAT, no obstante, tiene sus diferencias muy bien marcadas. 

    Donde la Cupra Ateca se vuelve punto y aparte contra la versión de SEAT es en el manejo, pues la incorporación del motor de 2.0 litros y 4 cilindros que también está presente en el Golf R y transmisión DSG de 7 velocidades la convierten en un producto excepcional y una excelente oferta en su segmento. 

    Este bloque genera 300 caballos de fuerza y es capaz de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 5.2 segundos. Una cifra digna de resaltarse en un vehículo que pesa más de 1,600 kilogramos, cuesta menos de un millón de pesos y genuinamente puede fungir como el auto familiar con gran capacidad de carga. 

    Además, la reducción de la altura de este modelo, la implementación de frenos Cupra y una nueva puesta a punto en la dirección hacen que sea uno un auto altamente disfrutable de manejar a altas velocidades. 

    La excepcional rigidez de la plataforma MQB que utiliza la Cupra Ateca le brinda la posibilidad de plantarse frente a cada curva con una seguridad que se agradece de sobremanera si tomamos en cuenta que este vehículo llevará a nuestros seres queridos en un viaje. 

    En resumidas cuentas, la decisión de separar a Cupra de SEAT obedece a las intenciones de aprovechar el espacio entre las marcas de volumen y las firmas premium y la entrega de su primer vehículo con su sello independiente cumple de manera impecable el cometido. 

    La Cupra Ateca tiene un costo en el mercado mexicano de 724,200 pesos, un precio que no es el más racional si queremos hacernos de una SUV compacta. Sin embargo, representa una excelente oportunidad de hacernos de una camioneta de 300 hp, tracción integral y gran calidad interior por menos de un millón de pesos. 

    Basta analizar la oferta de las marcas premium alemanas para encontrar que sus símiles son, por lo menos, 100 mil pesos más costosos y tienen menores cifras de potencia que la Cupra Ateca. 

     

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