“En términos de negocios, el COVID-19 no es algo que hayamos visto antes y eso es mucho decir para una compañía que tiene 92 años y que ha sido testigo de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial y muchas crisis económicas globales, aquí están los hechos: El COVID-19 ha presentado un impacto a nuestras finanzas, más severo que el 9/11 y la crisis financiera combinados”. Lo anterior lo dijo el presidente y CEO de la cadena de hoteles Marriott International, Arne Sorenson. El tamaño de la ola de destrucción económica es enorme, sin embargo, algunas economías comenzaron a correr cuando vieron el agua retroceder, ejemplos exitosos: Corea del Sur, Hong Kong y Singapur.
IMPÁVIDOS
A diferencia de buena parte del mundo, incluyendo a Argentina y a Perú, el gobierno mexicano ha corrido hacia la ola al ver el mar retroceder. En el aspecto de salud, el reconocido subsecretario del ramo, Hugo López-Gatell ha apostado a una extraña estrategia de hacer un número ínfimo de pruebas –ocho por cada millón de habitantes–, mientras que países como Corea del Sur han realizado 5 mil, y los más deficientes, como Estados Unidos, 100 por millón de habitantes. El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, ha puesto énfasis en hacer pruebas sobre los perfiles sospechosos y los contactos de aquellos que salen positivos dos días antes de los primeros síntomas. El doctor López-Gatell ha defendido que el número de pruebas realizado en México es adecuado, pero resulta preocupante que por cada caso confirmado se hayan hecho 8.3 pruebas, lo que parece poco si se considera que en dos días el número de personas con las que se tienen contacto en el trabajo, la escuela y el transporte público, es mucho mayor. El argumento del especialista es que todos los casos son importados, ojalá que así sea. No obstante, si la decisión también se explica por lo limitado de los recursos, entonces, quizás, se tendría que haber sido todavía más precavido y tomar medidas de distancia social. Al respecto, en el documento de análisis económico de BBVA México – el cual proyecta una caída económica de 4.5 por ciento– se afirma lo siguiente: “El momento de tomar decisiones llegó y éstas determinarán si la caída en la actividad económica tiene corta o larga duración y, mucho más importante aún, significarán que el contagio logra eventualmente contenerse (i.e., que “la curva de contagios se aplane”) o se traducirán en un innecesario crecimiento exponencial”. No es muy común encontrar este tipo de redacción en un documento de análisis económico.
IGNORAR
En el frente económico, la crisis que se asoma es todavía más formidable y nuestros socios comerciales, EU y Canadá, así como nuestros socios europeos, España, Francia y Reino Unido, están viendo que el mar ha retrocedido mucho y la ola que viene es enorme y por eso es desconcertante que la estrategia de México se resuma en: “si no lo veo, no existe”. Durante la Convención Bancaria se cabildeó para que el Presidente diera señales de que relajaría el objetivo fiscal de tener un superávit primario de 1% para este año, no hubo éxito. El Consejo Coordinador Empresarial finalmente publicó una petición de diez puntos que, hasta ahora, ha sido ignorada por el Presidente, junto con las medidas mínimas de distancia social.
RESPUESTA
El Banco de México salvó la semana y bajó la tasa de referencia de manera adelantada 50 puntos base, además de tomar varias medidas para brindar liquidez e impulsar el crédito, pero es obvio que, sin un acompañamiento fiscal, las medidas serán muy limitadas. Varias compañías e instituciones han tomado la estafeta ante la inacción del Gobierno Federal. Bank of America en su análisis, en el que proyecta una caída de 4%, dice que la crisis que se asoma en México será comparable con la de 1982 y 1995, no obstante, pienso que será peor, porque, en ese entonces, la crisis fue local y en esta ocasión será mundial. El gobierno corre hacia el tsunami y en esta ocasión no habrá salvavidas internacionales.