A pesar de una alza de 3.95 por ciento el viernes pasado, el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores no evadió el crack bursátil y registró una caída semanal de 7.98 por ciento, el peor desempeño desde octubre de 2008, cuando se enfrentó la crisis financiera causada por las llamadas “hipotecas basura” que provocó la quiebra de Lehman Brothers.
La emergencia nacional contra el coronavirus decretada por Donald Trump borró parte de las pérdidas accionarias del lunes y el jueves de la semana. El lunes, la BMV perdió 6.42 por ciento y el jueves 5.28 por ciento con posiciones claras de venta de acciones. Entre el 21 de febrero y el 12 de marzo, el valor de mercado del índice de precios y cotizaciones (IPC) perdió 77 mil 626 millones de dólares, monto no visto en otras crisis.
El término “crack bursátil” comenzó a utilizarse el 8 de mayo de 1873 en Viena, Austria, por el derrumbe de la bolsa local ante especulaciones con el precio del oro y quiebras bancarias. Carlos Marichal, historiador de El Colegio de México, la califica como la primera crisis financiera mundial que afectó a 25 países europeos.
Las repercusiones se extendieron a EU, que en septiembre de ese año enfrentó una crisis bursátil y ferroviaria con la quiebra del banco Jay Cooke & Co. de Nueva York, y a países como Chile, Perú y Argentina que vieron caer los precios de sus exportaciones de productos mineros y agrícolas.
El crack bursátil se presenta cuando en un periodo corto se registra una caída acelerada de los precios de acciones en una bolsa de valores o varias, impulsada por el pánico y las ventas masivas. Su origen va desde crisis financieras y bancarias hasta de orden económico, petrolero, hipotecario, altas deudas de gobiernos y empresas, depresión económica y otras que alimentan la especulación para pasar en segundos, en minutos, del miedo al pánico.
En los registros históricos no existe un derrumbe de mercados accionarios tan globalizado como el causado por el coronavirus, que arrastró al precipicio precios petroleros y borró al oro como refugio para la inversión especulativa.
LAS PRINCIPALES CAÍDAS
En el portal crashsbolsa.com se enumeran 25 casos a partir de 1819 y hasta 2008. Clasifica el pánico de 1819 como “la primera gran crisis financiera en EU, con impago generalizado de hipotecas, quiebras bancarias, desempleo y una caída en la agricultura y la manufactura”. La mayoría de historiadores clasifica otras crisis bursátiles como las principales registradas en el mundo, a raíz del jueves negro del 24 de octubre de 1929.
Ese día, al igual que el 28 y 29 de octubre, se desplomó el mercado de valores de Nueva York y causó la Gran Depresión. Su origen está en una burbuja especulativa que llevó a inversionistas a compras de acciones con crédito y títulos sin respaldo real. Fue un caos, quiebras bancarias y empresariales, quiebras familiares acompañadas de muchos suicidios; Herbert Hoover perdió las elecciones y no se pudo reelegir.
Al 19 de octubre de 1987 se le bautizó como el black monday. El Dow Jones retrocedió 22.6 por ciento, la caída porcentual más grande para un día, y según explicó la Reserva Federal, se originó por incertidumbre en las perspectivas económicas de EU, el aumento mundial en las tasas de interés y preocupaciones inflacionarias.
En mayo de 2008 comenzó la crisis de las “hipotecas basura” que generó la quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande en EU, el 15 de septiembre, e hizo temblar a bancos y aseguradoras de todo el mundo por una debilitada situación financiera; el fantasma de nacionalizaciones recorrió Gran Bretaña, Francia, Alemania y EU. El crack bursátil estalló el 15 octubre cuando el Dow Jones perdió 7.9 por ciento; en México la bolsa de valores cayó 7.1 por ciento. El presidente George W. Bush había anunciado el 6 de octubre un plan de rescate financiero por 700 mil millones de dólares que no fue bien recibido por el mercado.
La Bolsa Mexicana de Valores también vivió su lunes negro el 8 de agosto de 2011 con un retroceso en su índice de 5.8 por ciento como consecuencia de la caída del Dow Jones de un 5.5 por ciento, porque Standard and Poor’s bajó la calificación a deuda de EU.
CORONAVIRUS
La detección del coronavirus en China alentó la percepción de menor crecimiento mundial, incluso de recesión para 2020. Su propagación elevó los niveles de incertidumbre y aversión al riesgo por parte de los inversionistas. Cuando la Organización Mundial de la Salud la calificó como pandemia, las bolsas mundiales se derrumbaron, al igual que las materias primas, en especial el petróleo, ya que los principales productores no llegaron a ningún acuerdo para reducir la producción. Por el contrario, se desató una guerra de precios impulsada por Arabia Saudita y Rusia.
El 9 de marzo de 2020 el dólar al mayoreo llegó a 21.22 pesos; la mezcla mexicana del petróleo bajó a 35.75 dólares por barril; el WTI cayó 21.46 por ciento y se ajustó en 32.36 dólares por barril; el Brent retrocedió 21.94 por ciento para llegar a 35.52 por ciento. La BMV perdió 6.42 por ciento, el Dow Jones, 7.79 por ciento y el oro retrocedió 0.41 por ciento. El precio del petróleo registró caídas no vistas desde 1991 y la BMV desde el 22 de octubre de 2008.
El 11 de marzo el presidente Donald Trump anunció que se cancelaba la reunión del G7 en Pittsburgh y el 12 provocó pánico en las bolsas de valores de todo el mundo al anunciar que restringía y suspendía la entrada a EU de “inmigrantes o no inmigrantes, de todos los extranjeros que estuvieron físicamente presentes dentro del área Schengen durante el período de 14 días anterior a su ingreso o intento de ingreso a EU”. Los afectados son 26 países europeos.
Fue otro jueves negro. El índice Dow Jones cayó 9.99 por ciento; Standard & Poors, 9.51 por ciento; Nasdaq, 9.43 por ciento; la BMV, 5.28 por ciento, el dólar llegó a 22.98 pesos (máximo histórico) y la mezcla mexicana del petróleo en 23.58 dólares por barril. Los indicadores en todo el mundo se registraron en números rojos.
La calificadora Moodys comentó que desde el 17 de enero a la fecha el valor del mercado de acciones comunes de EU cayó 9 trillones de dólares, lo que “ralentizará el gasto de los negocios y los consumidores, así como reducirá la calidad crediticia de las empresas y los hogares. A medida que el valor de mercado de los activos empresariales disminuye, también lo hace el valor de la deuda del sector empresarial”.
El viernes, el presidente Trump anunció nuevos apoyos para enfrenar la pandemia de salud, y lo que calmó los mercados fue el anuncio de realizar pruebas de diagnóstico clínico a los ciudadanos en todos los estados ese país con un presupuesto de 40 mil millones de dólares.
El principal directivo del Citigroup, Michael Corbat, en reunión de banqueros con el presidente Trump el miércoles pasado para hablar del Covid-19 dijo: “Esto no es una crisis financiera. Y los bancos y el sistema financiero están en buen estado”.
El banco español BBVA advirtió que el sentimiento de los inversionistas será “más negativo si los esfuerzos de contención no logran ralentizar la propagación del coronavirus.