La tasa de mortalidad por el covid-19 para los mayores de 80 años, en China, se estima en un 21,9 %. Muertes de niños no se han registrado y la tasa de infecciones apenas llega en ellos a 2,4 %.

Científicos especializados están estudiando los mecanismos de infección del nuevo coronavirus a través de un particular prisma: por qué afecta de distinta manera a los menores de edad y a las personas mayores.

Algunos virólogos opinan que comprender el porqué el covid-19 casi no afecta a los niños, pero en muchos casos provoca la muerte de los pacientes de edad avanzada, podría indicar cómo combatir este virus que se ha propagado ya por más de 100 países.

Lo dicen las estadísticas

En China, de casi 56.000 personas infectadas para el pasado 20 de febrero (actualmente son más de 80.700), solo el 2,4 % resultaron ser niños.

Además, solo el 0,2% de esos últimos casos representaron una enfermedad grave, según un informe de la Organización Mundial de la Salud.

Con ello, ni China ni ningún otro país ha informado de muertes de un menor por causa del coronavirus. Los que sí fallecen, en cambio, son personas mayores que presentan algún cuadro clínico comprometido por otro tipo de problemas de salud.

Así, la tasa de mortalidad por esa causa para los mayores de 80 años se estima en China en un 21,9 %, de acuerdo con los datos de la OMS.

Estudios sobre el tema

Frank Esper, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Cleveland Clinic Children’s (EE.UU.), se ha centrado en estudiar si la infección del covid-19 tiene que ver con la manera en que el sistema inmunológico cambia con la edad.

«O tal vez no tiene nada que ver con el virus y sí con el huésped, como las afecciones subyacentes en los pulmones, la diabetes o la hipertensión. Después de todo, pocos niños de siete años o recién nacidos tienen hipertensión», dijo Esper a The Washington Post. «Descubrir lo que está en juego aquí, podría ser útil de muchas maneras«, aseveró.

Esa misma faceta de la mecánica de la infección del covid-19 está siendo objeto de investigación por parte de Vineet Menachery, virólogo de la Universidad de Texas (EE.UU), quien lo estudia en ratones de laboratorio. Resulta que los roedores bebés expuestos al virus SARS —muy parecido al nuevo coronavirus— no se ven afectados por la infección, mientras que los animales viejos acaban devastados por la enfermedad.

Menachery descubrió que los ratones más viejos  mueren no solo porque sus sistemas inmunes son débiles, sino también porque existe una ‘desregulación’ que causa una exagerada respuesta inmune al coronavirus SARS.

«Es la agresiva respuesta de su sistema inmunológico lo que los está dañando, incluso más que la infección en sí», opina Menachery. «Es como si la Policía respondiera a un delito menor con un equipo SWAT atravesando la puerta», explica.

Sin embargo, este y otros investigadores no pueden por el momento explicar por qué los ratones bebés no sucumben al virus.

¿Por qué se salvan los más jóvenes?

Existe la teoría de que los niños casi no se ven afectados por el nuevo coronavirus, covid-19, porque ya están expuestos a otros cuatro coronavirus leves, que circulan todos los años y causan el resfriado común. Según algunos expertos, este hecho puede dar a los niños algún tipo de inmunidad fortalecida.

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No obstante, otros especialistas dudan de ese argumento, puesto que los adultos también contraen los coronavirus del resfriado común pero no les causan el mismo efecto.

«Si se confirma que los niños son menos propensos a la infección, entonces sospecho que hay algo más mecánico que inmunológico«, opina Esper.

«Algo que tiene que ver con los receptores en los cuerpos de los niños o sus pulmones está interfiriendo con la capacidad del virus para adherirse», supone.

¿Infección enmascarada?

Por otro lado, varios epidemiólogos sospechan que los niños se están infectando de la misma manera que los adultos, pero sufren solo síntomas leves, lo que enmascara la enfermedad.

Nuevos datos, publicados la semana pasada por China, mostraron que cuando los casos de esta infección se buscan con base en síntomas, se registran las tasas más bajas en los niños.

No obstante, si se basan en el rastreo de contactos, haciendo pruebas a las personas que contactaron con un caso confirmado, los niños se infectan al mismo ritmo que los adultos.

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