El norirlandés Andrew Massey ha empezado esta semana el ejercicio de su nuevo cargo de director del Departamento de Medicina de la FIFA.
Tras una carrera deportiva como futbolista profesional en la liga norirlandesa, Massey se dedicó con éxito a la medicina deportiva y ejerció como médico en la selección nacional de la Federación de Fútbol de Irlanda del Norte y, más recientemente, en el Liverpool FC.
En su nuevo cargo de director del Departamento de Medicina se responsabilizará de mejorar la salud de todas las personas que practiquen el fútbol en todo el mundo, desde las bases hasta el deporte de élite, y supervisará además los servicios médicos de las competiciones de la FIFA. En este puesto se centrará sobre todo en la prevención de las lesiones sobre el terreno de juego y en la promoción del fútbol como una actividad recreativa saludable.
Massey compartió sus primeras impresiones en el comienzo de su andadura en el cargo.
¿Qué le motivó a ingresar en la FIFA tras haber desempeñado su carrera en el fútbol internacional y de clubes?
Desde un punto de vista médico, este puesto me proporciona la oportunidad de implantar cambios. El trabajo de un médico de clubes se centra en 25 jugadores y ofrece pocas oportunidades de generar cambios entre el gran público. La FIFA posee un alcance muchísimo mayor y, gracias a la implantación de medidas en la materia, a través del fútbol se pueden conseguir importantes efectos en la salud de los jugadores y del público en general.
¿Cómo ve la labor de la FIFA en el campo de la medicina deportiva?
La FIFA ejerce su influencia en todos los continentes y contempla el fútbol como una actividad que conlleva importantes beneficios subyacentes para la salud. Desde su posición central, la FIFA puede contribuir a la mejora de la salud mundial a través del fomento de buenas prácticas en la totalidad de la pirámide del fútbol. Yo lo entiendo como la función de la FIFA en el mantenimiento de la seguridad del deporte y de sus jugadores, y esto se puede conseguir prestando una atención especial a la formación y a la educación.
En su opinión, ¿qué aporta su experiencia a su nuevo cargo en la FIFA?
He sido futbolista y también médico de equipo, tanto en el fútbol internacional como en uno de los clubes más importantes del mundo, pero también poseo un historial profesional en el ámbito de la medicina deportiva desde el punto de vista académico y en el fútbol femenino. Por consiguiente, tengo una gran experiencia en la gestión de la salud clínica de los jugadores en todos los niveles del fútbol. Estos conocimientos de la realidad del juego resultan fundamentales. Como científico, estoy absolutamente convencido del valor que tiene la investigación científica como base de la creación de políticas y prácticas. Este es el planteamiento que quiero seguir en la FIFA, sabiendo que la FIFA es una marca mundial con un alcance mundial.