El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave causada por un virus que se reproduce en la nariz y en la garganta de un niño o adulto infectado.

Te puede interesar: Virus del sarampión deja a los humanos vulnerables a otras enfermedades

Proviene de la familia de los paramixovirus y normalmente se suele transmitir a través del contacto directo y del aire.

En México se registraron los primeros casos en CDMX en 20 años. Se calcula que en 2017 murieron 110 000 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de 5 años y a pesar de existir vacunas seguras y eficaces.

En una época, el sarampión fue bastante frecuente, pero en la actualidad se puede prevenir gracias a una vacuna.

El sarampión puede ser grave e incluso mortal para los niños pequeños.

(Getty Images)

El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. Se trata de una enfermedad humana que no afecta a los animales.

Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo a medida que se administra la vacuna contra el sarampión a más niños, la enfermedad aún mata a más de 100 000 personas cada año, la mayoría menores de 5 años de edad.

Como resultado de las altas tasas de vacunación en general, no se ha generalizado el sarampión en los Estados Unidos en más de una década. Allí se promediaban los 60 casos anuales desde el año 2000 al 2010, pero la cantidad promedio aumentó a 205 casos anuales en años recientes. La mayoría de estos casos se originan fuera del país entre aquellas personas no vacunadas o que no estaban seguras si se habían vacunado.

(Getty Images)

Síntomas

Los signos y síntomas del sarampión aparecen entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. Generalmente incluyen:

  • Fiebre
  • Tos seca
  • Resfrío
  • Dolor de garganta
  • Ojos inflamados (conjuntivitis)
  • Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en el revestimiento interno de las mejillas, también denominados manchas de Koplik
  • Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí
  • La infección ocurre en etapas secuenciales durante un período de dos a tres semanas.

Infección e incubación. Durante los primeros 10 a 14 días después de contraer la infección, el virus del sarampión se incuba. Durante ese período, no tienes signos ni síntomas.

Signos y síntomas inespecíficos. El sarampión generalmente comienza con fiebre leve a moderada, a menudo acompañada de tos constante, resfrío, ojos inflamados (conjuntivitis) y dolor de garganta. Esta enfermedad relativamente leve pude durar dos o tres días.

(Getty Images)

Enfermedad aguda y erupción cutánea

La erupción cutánea consiste en pequeñas manchas rojas, algunas de las cuales están levemente elevadas. Los puntos y bultos en grupos estrechos le dan a la piel un aspecto rojo moteado. La erupción primero aparece en el rostro.

Durante los próximos días, la erupción cutánea se esparce por los brazos y el tronco, y luego por los muslos, las piernas y los pies. Al mismo tiempo, la fiebre aumenta abruptamente, y a menudo alcanza los 40 a 41 °C.

La erupción del sarampión disminuye gradualmente; primero desaparece del rostro y, por último, de los muslos y los pies.

Período de contagio

Una persona con sarampión puede propagar el virus a otros durante aproximadamente ocho días; ese período comienza cuatro días antes de que aparezca la erupción y finaliza cuando la erupción ha estado presente durante cuatro días.

(Getty Images)

Causas

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que se reproduce en la nariz y en la garganta de un niño o adulto infectado. Luego, cuando una persona con sarampión tose, estornuda o habla, las gotas infectadas se expulsan al aire, donde otras personas pueden inhalarlas.

Las gotas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde permanecen activas y contagiosas durante varias horas. Si te tocas la boca o la nariz con los dedos o te refriegas los ojos luego de tocar una superficie infectada, puedes contraer el virus.

Alrededor del 90 % de las personas propensas que se exponen a una persona que tiene el virus, puede infectarse.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo para el sarampión se incluyen los siguientes:

  • No estar vacunado. Si no has recibido la vacuna contra el sarampión, es mucho más probable que manifiestes la enfermedad.
  • Viajar a diferentes países. Si viajas a países en desarrollo, donde el sarampión es más frecuente, tienes un riesgo mayor de contraer la enfermedad.
  • Tener deficiencia de vitamina A. Si no tienes la cantidad suficiente de vitamina A en tu dieta, es más probable que tengas síntomas más graves y complicaciones.

Complicaciones

Entre las complicaciones del sarampión se incluyen las siguientes:

Infección de los oídos. Una de las complicaciones más frecuentes del sarampión es la infección bacteriana del oído.

Bronquitis, laringitis o crup. El sarampión puede provocar la inflamación del aparato de la voz (laringe) o la inflamación de las paredes internas que alinean las principales vías de paso de aire de los pulmones (tubos bronquiales).

Neumonía. La neumonía es una complicación frecuente del sarampión. Las personas que tienen el sistema inmunitario comprometido pueden contraer una variedad especialmente peligrosa de neumonía que, a veces, es mortal.

Encefalitis. Aproximadamente, 1 de cada 1000 personas con sarampión puede contraer una complicación llamada “encefalitis”. La encefalitis puede manifestarse muy poco después de haber contraído sarampión o después de varios meses.

Problemas en el embarazo. Si estás embarazada, debes tener mucho cuidado de no contagiarte sarampión porque esta enfermedad puede provocar un parto prematuro, bajo peso en el bebé al nacer o mortalidad materna.

(Getty Images)

Prevención

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los niños y adultos reciban la vacuna contra el sarampión para prevenir la enfermedad.

Vacuna contra el sarampión en los niños

Para prevenir el sarampión en los niños, los médicos generalmente administran a los bebés la primera dosis de la vacuna entre los 12 y los 15 meses de vida, y la segunda dosis se administra típicamente entre los 4 y los 6 años de edad. Ten en cuenta:

Si vas a viajar al extranjero y tu hijo tiene entre 6 y 11 meses de edad, habla con su médico sobre la posibilidad de vacunarlo contra el sarampión más temprano.

Si tu niño o adolescente no recibió las dos dosis en los momentos recomendados, es posible que necesite dos dosis de la vacuna con cuatro semanas de diferencia.

Vacuna contra el sarampión en adultos

Es posible que necesites la vacuna contra el sarampión si eres un adulto que:

Tiene un mayor riesgo de contraer sarampión, por ejemplo, asistir a la universidad, viajar al extranjero o trabajar en un entorno hospitalario, y no tiene pruebas de inmunidad.

Nació en 1957 o años posteriores y no tiene prueba de inmunidad.

Prevención del sarampión durante un brote o infección conocida

Si alguien en tu casa tiene sarampión, toma estas precauciones:

Aislamiento. Debido a que el sarampión es muy contagioso desde casi los cuatro días anteriores hasta los cuatro días posteriores a la aparición de la erupción cutánea, las personas con sarampión no deberían retomar las actividades en las que interactúen con otras personas durante este período.

También podría ser necesario mantener a las personas no vacunadas lejos de la persona infectada.

(Getty Images)

Tratamiento

No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.

Las complicaciones graves del sarampión pueden reducirse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición, una ingesta suficiente de líquidos y el tratamiento de la deshidratación con las soluciones de rehidratación oral recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, la OMS, (para reponer los líquidos y otros elementos esenciales que se pierdan con la diarrea o los vómitos).

Se deben prescribir antibióticos para tratar la neumonía y las infecciones de los oídos y los ojos.

Todos los niños diagnosticados de sarampión deben recibir dos dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas.

Este tratamiento es eficaz para restaurar los niveles de vitamina A, que durante la enfermedad suelen ser bajos incluso en los niños bien nutridos, y puede ayudar a prevenir las lesiones oculares y la ceguera. Además, se ha demostrado que los suplementos de vitamina A también reducen la mortalidad por sarampión.

Vacunación

Asegúrate de que todas las personas que estén en riesgo de contraer sarampión y no hayan sido completamente vacunadas reciban la vacuna contra el sarampión tan pronto como sea posible.

La intensificación de las actividades de vacunación ha influido de forma decisiva en la reducción de las muertes por sarampión.

Se estima que entre 2000 y 2017 la vacuna contra el sarampión evitó 21.1 millones de muertes. A nivel mundial, las defunciones por sarampión desendieron un 80%, pasando de 545 000 en el año 2000 a 110 000 en 2017.

Con información de Mayo Clinic y ONU.

LLH