Esta semana la bolsa está sufriendo un duro ataque que la ha dejado hecha añicos
Los tres índices principales cayeron más del 3 % el lunes y la situación fue muy similar el martes. El Dow Jones (^DJI) se desplomó más de 1.000 puntos por tercera vez en su historia. De hecho, para el Dow Jones y el S&P 500 (^GSPC), el lunes fue el peor día en dos años.
Se citó el miedo desatado por el coronavirus como causa inmediata de esta tensión en el mercado.
Una semana después de que Apple (AAPL) anunciara que no alcanzaría su previsión de ingresos para el primer trimestre debido al coronavirus y solo tres días después de que los índices principales tocaran máximos históricos, el coronavirus ha cambiado todo para los inversores.
Y la razón es sencilla: ya no es solo un tema de China.
Cuando el coronavirus fue detectado por primera vez por el radar de los inversores en enero, ya estaba en marcha el Foro Económico Mundial de Davos y los analistas señalaron que rara vez los brotes de enfermedades globales tienen impacto generalizado y duradero sobre las acciones. Ese relato ha seguido invariable en gran medida durante el último mes, incluso cuando el mercado de bonos indicaba a los inversores que invirtieran teniendo en cuenta el aumento de la posibilidad de una desaceleración global en el crecimiento.
Las noticias sobre el aumento de los casos confirmados en Italia y Corea del Sur durante el fin de semana fueron las señales más significativas de que el virus se había propagado más allá de las fronteras de China. Los datos de Bloomberg publicados el lunes mostraban que de los seis lugares donde más han crecido los casos, cuatro están fuera de China: Corea del Sur, el crucero Diamond Princess, Italia y Japón.
La información que apareció durante el fin de semana sugería que millones de empresas chinas están en riesgo de hundirse si no se descongela la economía. Y las estimaciones sobre cuándo podría terminar la inmovilidad de la economía china están empezando a parecerse mucho a las estimaciones que hacía Boeing sobre cuándo podría volver a volar el 737 Max; una historia que sigue casi un año después de que se produjera el segundo de los accidentes mortales del 737 Max.
Los datos de las encuestas de DataTrek Research publicados el lunes indicaban que el 44 % de encuestados pensaban que China conseguiría contener el coronavirus en algún momento del segundo trimestre, pero la firma encuestadora mostró que hay poco consenso entre los encuestadores sobre la posibilidad de un fuerte repunte de la economía china en el segundo semestre de 2020. Puede que eso ocurra más en 2021 en base a lo que sabemos hoy”.
Un punto de vista que contrasta con la lectura de señales del mercado a raíz del anuncio de Apple de la semana pasada, un asunto que dependía de las interrupciones relacionadas con el coronavirus, pero que debía ser solo eso: interrupciones.
La aceleración de la propagación del virus fuera de las fronteras de China y el incremento de las medidas de seguridad llevadas a cabo por los gobiernos y las autoridades sanitarias internacionales hace que el impacto sea mayor. Y hace que muchas de esas estimaciones sean de corte conservador.
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Los economistas de Goldman Sachs, por ejemplo, publicaron esta semana sus últimos puntos de vista acerca de cómo el coronavirus podría afectar a las cadenas de suministro.
La firma de inversiones escribió que en parte, “según nuestros analistas, ninguna de las empresas estadounidenses cubiertas ha informado hasta la fecha ninguna reducción de su producción en Estados Unidos debido a interrupciones en la cadena de suministro y la mayoría de las empresas de muchos sectores tienen inventario suficiente como para continuar con su producción habitual por lo que queda de trimestre”.
Y añadió lo siguiente: “Muchos sectores también tienen poca o nula exposición a los insumos procedentes de China y, por tanto, es poco probable que queden expuestos a interrupciones de la cadena de suministros, incluso si persistiera aún más el brote de coronavirus… Varios analistas del sector también indicaron que las empresas bajo su cobertura cambiaron de proveedores saliendo de China debido a la guerra comercial”.
Si bien la firma aumentó sus estimaciones del impacto negativo que tendría el coronavirus sobre el PIB y sobre la economía estadounidense en el primer trimestre ‒Goldman ahora ve un PIB cayendo un 0,8 %, por debajo de su estimación anterior de entre 0,5 % y 0,6 %‒, sigue pensando que un repunte en los últimos tres trimestres del año favorecerá al crecimiento.
Creo que es razonable decir que Goldman sigue siendo bastante positiva en lo referido a las posibilidades de la economía para capear la tormenta del coronavirus.
Sin embargo, el mercado está en franco desacuerdo. La reacción de los inversores el lunes sugiere que la suposición de que el coronavirus será más una situación que “demore la demanda” que no una que “destruya la demanda” se está volviendo cada vez más peligrosa para la economía mundial.
“Los inversores siempre invierten con incertidumbre y el carrusel de preocupaciones continúa”, dijo Keith Lerner, directora de estrategia de mercados en SunTrust Advisory Services. “Sin embargo, con unos precios y valoraciones de las acciones aún cercanos a los máximos de este ciclo, en gran medida el riesgo de un brote de virus que empeora cada vez más no se ha contemplado en el mercado”.
Un proceso que parece que los inversores se tomaron en serio desde el lunes.
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