La rivalidad que arrastran Intel y AMD se remonta varias décadas atrás y no se limita al sector de los procesadores x86. Aunque no lo parezca también son rivales dentro del sector gráfico, aunque es cierto que el gigante del chip está todavía por detrás de la firma de Sunnyvale en lo que a tecnología GPU y rendimiento bruto se refiere.
Con el lanzamiento de la serie Kaby Lake-G en enero del pasado año se produjo lo impensable, Intel y AMD firmaron un acuerdo de colaboración que permitía a la primera el desarrollo de soluciones MCM equipadas con un procesador Core basado en la arquitectura Kaby Lake y una GPU Radeon basada en la arquitectura Vega.
Ya os explicamos en su momento todas las claves de esa solución, pero os dejamos un resumen por si alguien no lo tiene todavía claro. A diferencia de lo que ocurre con las APUs, que integran CPU y GPU en el mismo encapsulado, Intel diseñó una unidad MCM (módulo multi-chip) integrada en un mismo sustrato. En los Kaby Lake-G tanto procesador como unidad gráfica tienen encapsulados distintos, pero comparten, como dijimos, el mismo sustrato.
Fue una enorme sorpresa y la verdad es que generó una gran expectación, ya que esta combinación tenía un gran potencial para dar forma a equipos compactos y de alto rendimiento. Sin embargo, al final su adopción fue mínima y su éxito resultó prácticamente nulo. Hoy, Intel ha anunciado que tiene previsto abandonar la producción de sus soluciones Kaby Lake-G, y que no aceptarán más pedidos a partir del 31 de enero de 2020. Los últimos envíos se harán en julio de dicho año.
Aunque Intel no ha dado una explicación exacta de los motivos que propiciaron la baja aceptación y el escaso éxito de su línea Kaby Lake-G es probable que esté relacionado con su factor de forma. Una solución de este tipo necesita de soluciones de refrigeración totalmente personalizadas y adaptadas para cubrir sus necesidades térmicas, algo que obliga a los OEMs a crear diseños específicos y representa, por tanto, una inversión «de riesgo», ya que si las ventas no alcanzan un mínimo no pueden recuperar el dinero gastado.
Por su parte el gigante del chip ha explicado que han tomado esta decisión porque la demanda de la serie Kaby Lake-G ha «virado» a otros productos de la compañía, es decir, porque los pedidos se han reducido hasta un nivel tan bajo que han empezado a perder su sentido.