En plena fase 2 de la pandemia de coronavirus, que implica la sana distancia, el aislamiento social y la suspensión de actividades no esenciales en la administración pública, hay otros factores como la contaminación ambiental, las altas temperaturas y un brote de sarampión, que se ciernen sobre la Ciudad de México y que podrían contribuir a colapsar el sistema de salud local.

De acuerdo con la más reciente actualización de la Dirección General de Epidemiología de México, en lo que va de este año se han registrado 69 casos de sarampión, de los cuales 63 son de la capital del país y 6 viven en el Estado de México.

En la Ciudad de México hay presencia de contagios en 10 alcaldías, pero el 60% de los casos de sarampión están en Gustavo A. Madero con 42 contagios. El actual brote de esta enfermedad se originó en el Reclusorio Norte a principios de este mes de marzo.

La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, sostuvo que el contagio lo originó un visitante al Reno al cual se le dio seguimiento para evitar una propagación mayor.

El problema es que el sarampión es siete veces más contagioso que el coronavirus, ya que mientras una persona con Covid-19 puede transmitir la enfermedad a dos o tres personas, un paciente con sarampión puede contagiar entre 12 y 18 individuos más.

En entrevista con el portal Forbes, Yetlanezi Vargas, especialista en medicina interna e infectología y académica del Tec de Monterrey, señaló que a pesar de que el riesgo de transmisión es mayor, el sarampión cuenta con una vacuna, la cual genera un 97% de protección, por ello es importante alertar a la población sobre la relevancia que tiene suministrar las dos dosis de prevención necesarias a los niños. El gobierno capitalino inició una campaña de vacunación de niños y niñas de hasta 10 años.

En México, del año 2000 al 2019 se han registrado 185 casos de sarampión, pero han sido identificados como importados o asociados a la importación; la última epidemia que sufrió el país fue entre 1989-1990 con 89,163 pacientes. El último caso nativo de esta enfermedad fue en 1995, de acuerdo con la Secretaría de Salud.

Por otro lado, si bien la relación entre la contaminación y la facilitación de la propagación de enfermedades como el nuevo coronavirus no se conoce, reducir los niveles de polución en el aire es una necesidad urgente.

Hace años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando sobre la relación entre la contaminación del aire y el estado general de salud de la población. Ya en 2019 se suponía que la contaminación era responsable directa o indirectamente de al menos 8,8 millones de muertes en todo el mundo.

La Ciudad de México es una de las más contaminadas del planeta, con niveles que rebasan los 100 puntos Imeca y de partículas suspendidas en la mayoría de los días. Sin embargo, en los últimos días con las medidas implementadas por las autoridades para disminuir los riesgos de propagación del coronavirus como el aislamiento social los índices de contaminación se han mantenido relativamente por debajo de los 100 puntos.

Por último, según la OMS, el Covid-19 puede soportar altas temperaturas, superiores a la temperatura corporal de los seres humanos. Las recientes investigaciones indican que el coronavirus perdería su potencial infeccioso si se encuentra expuesto a temperaturas que superen los 56 grados centígrados durante al menos 30 minutos, o a temperaturas mayores de 65 grados, mantenidas durante 10 minutos.

El problema, es que en la Ciudad de México en los últimos días se han registrado altas temperaturas que rebasan los 30 grados centígrados, lo que conlleva el aumento de enfermedades respiratorias, de la frecuencia cardiaca, gastrointestinales, aunque no hay evidencia científica de que esto tenga relación con la propagación del coronavirus.