Amelia (nombre protegido) tiene 44 años y sufre artritis reumatoidea. Este miércoles 25 de marzo del 2020 contó que la próxima semana debe abastecerse del medicamento, para el siguiente mes. Intentó hacer su pedido a una farmacia y le indicaron que el fármaco está agotado.

Se trata del plaquinol, cuyo compuesto es la hidroxicloroquina. Al ser parte de un plan de medicación continua, a Amelia le ofrecieron ponerla en una lista de personas prioritarias a las que se intentaría conseguir el medicamento para la próxima semana. “Pero me aclararon que no es seguro”.

Si no toma su pastilla diaria –dice Amelia– los dolores vuelven. Esa es solo una de las consecuencias, señala la Beatriz León, miembro del Comité Científico de la Sociedad Ecuatoriana de Reumatología.


La médica e investigadora explica que gracias al medicamento, los pacientes con lupus, artritis u otras enfermedades reumatológicas e incluso malaria, controlan el dolor, la deformación muscular o el aparecimiento de discapacidades a largo plazo, provocados por sus enfermedades crónicas.

Dejar de tomar su medicina –señala– además trae complicaciones severas como problemas cardiovasculares e infecciones muy graves.

En redes sociales, pacientes con lupus han manifestado su preocupación por la falta del medicamento. Una usuaria enferma de lupus, contó que buscó plaquinol en 10 farmacias sin éxito.

“Es una pastilla que para mí condición y la de muchos es necesaria para vivir”, escribió Dayana Krays. Y apeló a la sensibilidad de los ecuatorianos, preguntando “¿cómo le quita usted la oportunidad de vivir a una persona llevándose el medicamento sin tener la certeza que esa sea la solución?”.

Lorena Valarezo se encuentra en la misma situación. En su red social ella escribió «por mi enfermedad lupus yo requiero tomar plaquinol y este ha escaseado en Guayaquil porque se ha disparado la venta sin receta a causa del covid-19 ¿cómo podemos los vulnerables acceder a este medicamento que tanta falta nos hace? Ayuda por favor». 

Los pacientes con lupus se están autoconvocando a través de las redes sociales para conformar grupos a través de los cuales puedan conseguir plaquinol, luego de los pedidos de pacientes y familiares de personas que padecen de enfermedades que lo requieren.

El 21 de marzo, un anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo que el medicamento se agotara en todo el mundo. El Primer Mandatario habló de la cloroquina como una posible solución para hacer frente a la pandemia del covid-19.

Aunque no exista evidencia científica de que el medicamento sea efectivo frente al covid-19, el científico francés Didier Raoult aboga por su uso para tratar a pacientes con covid-19.

A él se refirió el pasado lunes el viceministro de Salud Ernesto Carrasco, en una entrevista con Teleamazonas. “Tenemos la data de los estudios internacionales que reflejan que el uso de cloroquina, al menos en el 50% de los casos, evita la progresión a neumonía severa”, dijo el viceministro.

Además precisó que cuenta con tratamiento de este tipo para 7 000 pacientes y que en 20 días llegaría un millón y medio de la India. Pero además aclaró que solo se puede usar bajo prescripción médica.

León, de la Sociedad de Reumatología, considera que el uso de un medicamento sin estudios que verifiquen su efectividad “es un error gravísimo”.

La médica recuerda que en la actual pandemia ya se cometieron errores, por ejemplo, al recomendar dos medicamentos que se usaban en VIH. Se demostró –detalla– que no había diferencia con no tomar nada o con un tratamiento con paracetamol, líquidos y descanso.

Los pacientes con enfermedades crónicas que toman plaquinol –dice León– suelen comprar su medicina para varias semanas, ya que conocen que hay temporadas en las que escasea. “Es un problema gravísimo para los pacientes que en el país ya tienen siempre problemas para conseguir esta medicina porque la usa poca gente con enfermedades específicas y muy graves”.

Entre las recomendaciones que han circulado sobre la toma de este medicamento para el nuevo coronavirus consta su combinación son azitromocina. El reumatólogo Vinicio Almeida enfatiza en el peligro esto.

La azitromicina –precisa– debe ser manejada con precaución, ya que alarga la velocidad en las condiciones nerviosas del corazón y puede producir arritmias severas e incluso la muerte.

A través de un comunicado, la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología dijo que no recomienda cloroquina para prevención de la infección por covid-19, ante la falta de evidencia científica sobre la seguridad de su uso.

Por ello, la Sociedad sugiere evitar la automedicación con este compuesto, además de la venta del mismo sin receta médica.