La situación generada a raíz de la irrupción del nuevo coronavirus (SARS-COV-2 ) en nuestras vidas ha provocado un profundo cambio en nuestras rutinas diarias. Pero determinados colectivos sufren especialmente las restricciones impuestas tras la declaración del estado de alarma, que ha obligado a millones de ciudadanos a quedar confinados en su domicilio.

En este contexto, resulta especialmente relevante prestar atención a las personas con demencia o alzhéimer, ya que habitualmente tienenconfigurada una rutina que les permite funcionar con cierta autonomía y que ahora ha quedado interrumpida, lo que puede desembocar en situaciones de irritabilidad, agresividad, desorientación o tristeza.

Amèrica Morera, subdirectora de la Unidad de Atención Diurna de Fundación ACE, destaca que “en líneas generales, se trata de preservar al máximo la rutina, pero hacerles participar en actividades que les hagan sentir útiles también mejorará su autoestima y estado de ánimo”. Por ello, el equipo de expertos de Fundación ACE comparte 10 consejos orientados a mejorar la situación de este colectivo en la medida de lo posible.

10 consejos básicos

  • Seguir un horario adaptado a la situación. No es necesario madrugar, pero sí establecer un horario para levantarse. Por la noche, es importante mantener el horario habitual para ir a dormir y preservar, así, los hábitos del sueño, ya que evitará que durante el día sufran cansancio.
  • Mantener los hábitos. Aunque durante el confinamiento pasemos el día en casa, es esencial mantener los hábitos de higiene y de vestirse, para no caer en la apatía y la falta de cuidado personal.
  • Alimentarse de forma saludable. Es necesario seguir una dieta variada y equilibrada dentro de las posibilidades, evitando comidas pesadas. Se debe asegurar que la alimentación sea rica en fibra para evitar el estreñimiento ante la caída de la actividad física. Es importante seguir una buena hidratación.
  • Planificar ratos para la socialización. Se pueden realizar videollamadas con los nietos, hermanos, amigos… Estas relaciones son importantes para minimizar el sentimiento de soledad, tanto de la persona cuidada como de su cuidador.
  • Realizar actividades de estimulación cognitiva. Se pueden encontrar actividades fáciles y que le gusten e irlas combinando. Algunos ejemplos son hacer sudokus, leer en voz alta, copiar poemas o textos, ejercicios de palabras… Las herramientas pueden ser desde el papel y lápiz hasta las tabletas digitales, si se saben utilizar.
  • Llevar a cabo actividades creativas. Sin duda, seguir con las actividades que se realizan habitualmente ayudará a mantener un buen estado de ánimo. Desde hacer ganchillo, manualidades tipo origami o puntos de libro, o, en el caso de los que están en una fase más avanzada, pintar una cajita o recortar figuras de revistas.
  • Hacerles partícipes. Es importante que las personas afectadas participen en tareas sencillas del hogar, como regar las plantas, barrer o poner la mesa; aunque es necesario entender que puede que se equivoquen. El sentimiento de ser útiles para el hogar fomentará su autoestima.
  • Practicar actividad física. Moverse y realizar cierta actividad física es importante durante el confinamiento: se puede subir escaleras o realizar ejercicios que movilicen el cuerpo dentro de las posibilidades – por ejemplo, bailar-. Es recomendable que estas actividades se lleven a cabo por la mañana, a ser posible intercaladas con actividades más sedentarias, y no cuando están cansados o antes de ir a dormir.
  • Cuidarse. Pintarse las uñas, peinarse o hacerse un masaje en los pies o en las manos son algunas de las acciones más frecuentes y sencillas que se pueden realizar para el bienestar propio. Pero es necesario también encontrar ratos para escuchar música que le guste, por ejemplo.
  • Dedicar tiempo a sus intereses. Si la persona desarrolla habitualmente la espiritualidad, tanto si es mediante meditaciones guiadas de mindfulness como orar, por ejemplo, también se recomienda dedicar tiempo a ello para favorecer su tranquilidad.