El nuevo coronavirus mató a 1,4% del total de enfermos en la región china de Wuhan, donde se originó la pandemia, según un estudio publicado el jueves, que destaca a la vez el aumento de la mortalidad con la edad.

La enfermedad COVID-19 que surgió en China en diciembre se propaga a gran velocidad en el mundo, con más de 200.000 casos confirmados y más de 9.000 muertos.

La Organización Mundial de la Salud había indicado la semana pasada que el virus era mortal para 3,4% de los casos confirmados.

Pero el número de casos reales es sin duda superior, debido sobre todo a las limitadas capacidades de los países a llevar a cabo pruebas diagnósticas.

Por lo tanto, la mortalidad real está llamada a ser menos elevada, según los expertos.

El equipo de investigadores chinos que el jueves publicó el estudio en la revista Nature Medicine estima haber desarrollado una estimación más precisa de la letalidad real, fundándose en bases de datos públicos y privados.

Así, incluyeron en su informe casos confirmados sin relación con el mercado donde surgió la epidemia, casos confirmados de pasajeros aéreos, perfil de los casos, perfil de los muertos confirmados…

Su conclusión es que la probabilidad de morir después de haber desarrollado los síntomas del COVID-19 es de 1,4%.

«La estimación del número real de casos (…) supone un desafío en el marco de un sistema de salud desbordado», escriben los investigadores, haciéndose eco de la saturación de hospitales que están registrando los países actualmente más afectados, como Italia y España.

Con fecha del 29 de febrero, China continental había registrado 79.394 casos confirmados y 2.838 muertos, es decir, un 3,5% de la mortalidad, de los cuales una mayoría en Wuhan.

Pero los autores estiman que no se tuvieron en cuenta casos más leves.

El número de muertos «depende sobre todo de la gravedad de los síntomas desarrollados por una persona contagiada y esta cuestión debería concentrar nuestra atención», según los autores.

El estudio dirigido por el virólogo de la Universidad de Hong Kong Joseph Wu también examinó la relación entre la edad y la muerte.

Las personas de más de 59 años tienen cinco veces más posibilidades de morir que las que tienen entre 30 y 59 años. Y los menores de 30 años tienen 0,6 veces menos riesgo (60%) de fallecer que este grupo intermedio.

El riesgo de desarrollar desde síntomas moderados a graves aumenta en torno a 4% por año, entre el grupo de 30-60 años.Según Wu, estas informaciones son importantes especialmente para Europa, epicentro actual de la pandemia.»Las estimaciones de los contagios observados y no observados son esenciales para desarrollar y evaluar estrategias de salud pública, que deben tener en cuenta a la vez los costos económicos, sociales y de libertades individuales», escribió Wu.