El coronavirus se ha apropiado de la conversación pública y distraído de otros temas igual de importantes. Y hasta cierto punto se entiende el nerviosismo noticioso: según el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, el coronavirus le pegará al país, sí o sí, en aproximadamente 15 días.
Sin embargo, algo en lo que no se está reparando es en el hecho de que, por primera vez desde 1996, México tiene casos endémicos de sarampión. Desde entonces solo habíamos tenido casos extranjeros; los más recientes, en 2018, provenientes de Italia, hoy también foco de coronavirus. Ahora, en 2020, hay al menos 10 casos de sarampión originados en nuestro territorio.
Según la prensa nacional, el brote inicial pudo darse en el Reclusorio Norte de Ciudad de México, donde, conforme a las cifras más recientes, hay una sobrepoblación de internos de aproximadamente 15 por ciento. Este tipo de situaciones son propicias para que las enfermedades se propaguen de manera más eficaz.
A esto hay que agregar que debido a la decisión de renovar el sistema de salud sin precaución alguna y de consolidar compras a como diera lugar, en el país hay escasez de vacunas contra el sarampión. Desde finales del año pasado hay desabasto en los hospitales públicos.
Como si el coronavirus y su mal manejo no fueran poca cosa, ahora también hay que preocuparse por el sarampión. Crisis generada, una vez más, por el gobierno federal.
¿Por qué mal manejo del coronavirus? Porque la comunicación presidencial ha ido contra las recomendaciones internacionales. Baste recordar que el Presidente, la fuente de información para muchos mexicanos, pidió el 4 de marzo, explícitamente, que la gente se siguiera abrazando. El propio López-Gatell le tuvo que decir ayer, envuelto en elogios, que redujera esos abrazos a pesar de “ser un presidente que el pueblo quiere”.
Despedida
A lo largo de tres años y medio he sido columnista de MILENIO Diario, publicando sin falta cada viernes. Sin embargo, esta misma semana, por razones editoriales que desconozco, se me ha pedido dejar el espacio.
Agradezco a los lectores su atención y espero que nos encontremos más adelante en otro lugar para seguir dando contexto a la información diaria. Hasta pronto.
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